¡En la realidad emociona más!

Cuando fui a ver al cine “Toy Story 3” lloré y lloré (entre otras cosas y escenas) porque sé que llegará el día de ver partir a los hijos del hogar. Hace 8 años que llegamos a vivir a nuestro actual domicilio, conocimos a unos vecinitos, niños, a penas un poco mayores que la edad de mi hijo mayor día de hoy, tal vez unos nueve años; al ver la película me sacó algunas lágrimas, pero haber vivido hoy la escena en la que Andy, después de haber arreglado su cuarto y estar listo para la universidad decide regalar sus juguetes más preciados, me ha dejado conmovida. Aquel niño que conocimos, hoy todo un joven, ha tenido el mismo detalle que Andy (literal, porque arregló su cuarto, está por entrar a la universidad, regaló sus juguetes más preciados y se puso a jugar con ellos una última vez, solo que acompañado por mis hijos). Su gesto, a nuestros ojos grande y noble con nuestros hijos, nos hace sentir muy afortunados, embargados por la melancolía que me volvió a hacer el nudo en la garganta. Sin duda el tiempo vuela!! y también vuela con todo y nuestros hijos…