Bajo la sombra de un árbol
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Es un día caluroso, los rayos del sol iluminan el parque frente al caserío, Pepe y Paco están sentados en una banca a la sombra de un árbol, mientras comen un birote.
Paco.- ¿Qué te pasa Pepe, porque tan pensativo? Deberías estar jugando conmigo, disfrutando del día, y no ahí sentado como si no quisieras hacer nada.
Pepe.- ¡Cállate! Que estoy preocupado, o ¿Qué no te das cuenta que se nos acaban las vacaciones? Mi mamá me dijo hace un rato que disfrute este día, que es el último del verano, que ¡aproveche el tiempo!
Paco.- ¿Cómo? ¿Se acaban las vacaciones?, mira que yo tan feliz y que noticia más triste que me estás dando, ¡Que talento para echarme a perder el día!, no sabia que eras tan bueno para dar malas noticias.
Pepe.- Eso no es lo importante, que no te das cuenta que mi Madre me dijo ¡Aprovecha el tiempo! Te has preguntado alguna vez Paco ¿Qué es el tiempo?
Paco.- ¿Cómo no me lo voy a preguntar? ¡Si mi papa dice que nunca tiene!
Pepe.- ¿Cómo que nunca tiene?
Paco.- Mira: todas las mañanas dice, con unos gritos que pega hasta el cielo ¡Dense prisa, ya no hay tiempo! ¡Se nos acaba el tiempo! ¡Espero alcancemos a llegar con tiempo!
Pepe.- ¡Por eso te hago la pregunta! ¿Que no te interesa saberlo?
Paco.- ¡Claro que me interesa saberlo! quisiera que tuviéramos más. Pero eso ahora que importa, disfrutemos el día, no estamos para hacernos ese tipo de preguntas filosóficas que nadie ha podido contestar, menos unos niños de cinco años, Deberíamos estar jugando con la pelota, rompiendo algún vidrio, molestando a las niñas, algo que valga la pena, ¡Y no con eso del tiempo! (mientras se pone de pie y levanta las manos en muestra de su desesperación).
Pepe.- ¡Siéntate Paco!, tranquilo, que no estoy buscando pleito, solo quiero que me ayudes a entender. Mira, antier mi mamá me estaba abrumando con una serie de preguntas que me espantaron ¿Quién será tu maestra en el nuevo ciclo?, ¿Te quedara el uniforme? ¿Vas a necesitar mochila nueva? Terminó diciendo, te llevare a la casa de tu abuela, ella no se ocupa mucho, tiene más tiempo que yo para cuidarte mientras hago las compras de útiles escolares.
Paco:- Y luego ¿Que paso?
Pepe.- Me dejó con la abuela, y ese fue el momento que me llenó de dudas, la abuela me recibió en la calle, le dio un beso a mi mamá y le dio una bendición como si fuera a ausentarse durante años, como si se fuera de viaje a un lugar lejano y no la fuera a ver jamás, luego me tomo de la mano y casi corriendo entramos a la casa mientras decía -¡La estufa, se quedo prendida! Ese día no hice otra cosa mas que observar a la abuela.
Paco.- ¡Que aburrido! Yo cuando visito a los abuelos, aprovecho, para que me den dulces, me lleven a la tienda, para comer donas, todo tipo chatarra ¡hacer cuanto me venga en gana! sin ninguna consecuencia ni reproche, para pasarla agusto, pero bueno, y que hacía tu abuela.
Pepe.- La abuela, paso la mañana preparando la comida, mientras quitaba la ropa de los tendederos, subía y bajaba las escaleras, tantas veces que Yo mismo quede agotado tan solo de verla, acomodaba la mesa, ordenaba la casa, sacudía los muebles, leía de pronto un libro, hablaba por teléfono, yo no la vi tan desocupada como mi mamá decía, pero eso no es todo, cuando regreso mi mamá a recogerme, la abuela dijo – ¡No puede ser, el tiempo se va volando!
¡Tampoco tenía tiempo Paco!, ¡ni la abuela lo tiene! Yo esperaba poder ver el tiempo en la casa de la abuela.
Paco.- Mira, Pepe, no seas tonto, el tiempo no lo puedes ver, que no te haz dado cuenta que “el tiempo “, es solo algo que los adultos usan como escusa cuando no quieren hacer cosas divertidas con nosotros, por ejemplo, la semana pasada le dije a mi Papá que saliéramos al parque a jugar juntos, y ¿qué crees que me contesto?
Pepe.- ¿Que no tenia tiempo? ¿Adivine? (mientras paco levanta los hombros y gira las manos mostrando las palmas)
Paco.- ¡Sí Pepe, eso me dijo! la misma respuesta me dio cuando le pedí que me llevara al cine, y una vez más cuando le dije que fuéramos al circo; solo cuando son cosas divertidas, por eso creo que es solo una escusa.
Pepe: Creo que tienes razón, pero me quedan mis dudas; por si acaso, cuando yo sea grande sacare tiempo de alguna parte, trabajare duro para comprar todo el tiempo que sea necesario y lo ocupare en hacer cosas divertidas con mis hijos.
Paco: ¡No seas menso Pepe! El tiempo no se compra, ni se consigue, ni se saca de alguna parte. Mira pon atención. El tiempo está.
Pepe.- ¡Y tu como sabes! no me acabas de decir que tampoco sabes ¿qué es el tiempo?, ahora resulta que después de dos minutos eres todo un experto.
Paco. Tranquilo, que yo tampoco busco pleito, lo que pasa es que la semana pasada visitamos a la tía Martha.
Pepe.- ¿A la solterona que nos aprieta los cachetes?
Paco.- A esa, la que no se ha casado, la que espera tener un novio guapo, grande, fuerte, que le aguante el mal genio, que la lleve a pasear en un coche nuevo; sus amigas le dijeron, -Martha, no te desanimes, ya llegara el hombre que esperas, mira que ¡hay mas tiempo que vida!-