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¿Regresando a los básicos?


En estos días, he vivido situaciones que han hecho que mi cabeza, haga una pausa y reflexione un poco, en como ha sido la vida desde la última vez que hice un alto; que buscando en el recuerdo ya pasaron casi mas de 19 años, y lo que me da aparte de que sale una arruga más en mi cara, es cuanto he estado haciendo o que he dejado de hacer por hacer lo que se “supone” que debía hacer, y lo que hice, ¿realmente he sido feliz?. …Y la respuesta es si, ¡¡he sido muy feliz!! quizá no haciendo lo que me hubiera gustado hacer o dejando de hacer, ¡pero lo soy!! y no solo los últimos días sino los 38 años de mi vida, quienes lean dirán ¡no puede ser! nadie puede ser feliz toda su vida; y mi respuesta es la felicidad no es solo sentirse contento, sonriendo, viviendo a carcajadas, haciendo corto-corto y largo-largo y aventar besos por donde quiera… no, eso no lo es. Es parte pero no lo es todo, he vivido altibajos, momentos tristes, momentos en que el perro negro (depresión) se va haciendo más feroz y aplastante, crisis en donde quisieras apretar el botón rojo y desaparecer, gritar con aquella fuerza que lo que sientes dentro se va con el grito, o salir corriendo y regresar con ya todo resuelto o como si no hubiera pasado nada, llorar, llorar hasta que la tristeza que sientes en tu alma se vaya con cada una de las lagrimas que rodaron por tus mejillas. Momentos en que quisieras ser un pulpo para abrazar a tus hijos al mismo tiempo, tener más de dos orejas para que cuanto te hablen al mismo tiempo los escuches, estar ahí en el momento en que él o ella más te necesita. Estar en “forma” para sentirte y verte bonita, ser la esposa perfecta y la mamá trabajadora casi heroína de tu familia.


Sin embargo el día de hoy, al hacer un alto en la encrucijada de la vida, me doy el tiempo de reflexión y quitando el egoísmo propio; comienzo a ver que ha estado viviendo este mundo, de los problemas por los que esta pasando una familia amiga, un matrimonio roto de la noche a la mañana, viviendo nuestra independencia (¡Viva México!) mientras familias están con su vida en un hilo porque sus parientes no saben si viven o mueren al otro lado del mundo por un “ataque aéreo” equivoco, aquellos que están buscando por todos los medios el asilo en otros países porque en su tierra natal solo hay muerte, tengo la impresión de que el mundo quisiera salir corriendo, gritar y sacudirse, limpiar la suciedad que las guerras, persecuciones, exterminios y demás sucesos desaparecieran y con el botón rojo reiniciar con un mundo mejor, un mundo digno, un mundo hermano. El lidiar con una depresión se hace más fácil cuando estas rodeado de personas que te aman de verdad, sin dejar de lado la pastilla que el doctor te ha recetado pues esto no es un resfriado, que con un ¡échale ganas! ¡Tu puedes¡ y ¡vales mil, se quita!, hay que tratarlo como lo que es. Sin embargo, una guerra, familias divididas, hermanos peleados, abuelos olvidados y enfermos, miseria, injusticia, abortos, genocidios, terrorismo, tristeza, materialismo, indiferencia, egoísmo ¡No!, esto no se quita con una pastilla, un suero, una agüita o un polvito; sería muy bueno que así fuera, desde cuando estaríamos viviendo en un paraíso terrenal. Y entonces ¿qué hacer? Regresar a nuestros básicos, a nuestras creencias, regresando a Dios. Porque el mundo esta así por la libertad del hombre, mal encaminada, no porque “Dios este dejando que suceda”; es una ausencia de Dios tal que el hombre ya no espera con el corazón ardiente, su transcendencia, su querer volver al padre y decirle: “Padre he pecado contra el cielo y contra ti, no debo llamarme hijo tuyo”. ¡Pero no! Ahora solo se busca el éxito personal, el interés económico, la aceptación en una sociedad materialista, inhumana, light, indiferente, ciega. Y si tú humanidad esta esperando que el Padre te conteste al regresar a Él: “Te lo dije”, “debiste hacer lo que yo te decía”… estas muy equivocado!, el Padre nos recibirá con una sonrisa y un abrazo mas grande que el que mamá te daba cuando sentías miedo, diciéndote “mi pequeño (a) ya estas de regreso... no sabes como había estado esperando este momento”. En ese instante tu corazón se hincha de felicidad. Y tu Padre grita a los demás “¡Hey! Todos estén felices conmigo, el hijo que se había muerto ha regresado a la vida”. Sabes cuales son nuestros básicos, Amor a Dios, comunión, confesión frecuente, pedirle intercesión a nuestra Madre del cielo con el rosario, lectura de las sagradas escrituras en familia, acudiendo al Ángel de la Guarda, inculcar la fe en nuestros hijos, oración, ayuno, visitas al santísimo, oración, oración. Estoy tan segura que el mundo cambiaria, si todos regresamos a los básicos

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Yadira de Alba


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