Tu límite, el cielo

No hay día mejor que el domingo familiar porque a parte de compartir los deliciosos guisos que se preparan, también se hace una nutrida sobremesa en donde se toca cualquier tema del baúl de los recuerdos, como la música que en tu infancia escuchaste o de alguna anécdota que vuelve a sacar lágrimas de la risa o carcajadas aun cuando ya has oído miles de veces la historia.

…esta vez fue muy particular para la familia pues de repente la conversación tiene un tinte especial, se torna al sueño de una chica de 13 años, “Hay un viaje escolar a Londres, es de 3 semanas, para perfeccionar el idioma y tener una certificación”, a la hora de preguntar costos los papás dicen muy consternados “cuesta 90,000 pesos, se nos hace muy caro” , a lo que el público familiar y experimentada en este tipo de viajes foráneos contestan, si es muy caro puedes revisar otras oportunidades y como en cada familia, nunca falta los primos que viven en otro país y que de una u otra forma pueden abrir sus puertas para recibir al familiar mexicano.

De ahí la platica se empieza a tornar mucho mas interesante pues en la mesa se ponen, de igual forma, dos disyuntivas “hago ese viaje” o “fiesta de quince años”, al unísono contestan las primas mayores “tu fiesta de quince”, el viaje lo podrás hacer después cuando estés un poco más grande y madures exactamente lo que quieras aprender de ese viaje.

De pronto toma la palabra el tío abuelo cuya experiencia a sido vasta en eso de mandar a estudiar a los críos en otro país, que además a hecho dos que tres viajes de placer al viejo continente…

“Nos toco viajar en una ocasión con un grupo en donde 14 eran niñas que precisamente estaban viajando en celebración de sus XV años y la verdad es que las niñas no iban preparadas para ese tipo de viajes ya que como se sabe este tipo de itinerarios contiene altos índices de visitas culturales como Parroquias, Museos etc. La mayoría de los viajeros llegaban cansados al hotel y a dormir, pero estas chicas -que dormían todo el día- en la noche se iban a los antros a desperdiciar su juventud en tomar hasta quedar inconscientes, era un desperdicio de dinero para los papás y un dolor de cabeza para la guía porque ella esta para apoyar en el viaje no para ir de nana.”

“¿Cuál es tu sueño?” Le pregunto a nuestra chica de 13 años, ella contesta entusiasmada, “es que a mi me gustaría estudiar en el extranjero no solo idiomas, yo quiero ser terapeuta en niños down o con parálisis, estoy haciendo ahorita de <<sombra>> de un compañero de la escuela y la verdad es que me ha estado gustando mucho, además los sábados voy a una comunidad a trabajar valores con niños más pequeños, entonces eso es lo me ha estado rondando mi cabeza, salir a otro país y tener esa experiencia internacional. ”

“¡Ah, pues mucho mejor!” contesta la tía abuela “…en ese caso te mandamos con una amiga que vive en Colombia tiene la mejor clínica en atención a niños autistas, puedes ahí enfocarte y saber si es o no lo que quieres estudiar”.

El tío vuelve a tomar la palabra y le dice: “que bueno que tengas sueños chula por que tarde o temprano depende del empeño que le pongas se pueden hacer realidad”.

Aunque trillado no deja de ser cierto “tu limite es el cielo”, es altamente emotivo y alentador escuchar a nuestros jóvenes cuando empiezan armar sus sueños y luchan con toda intensidad para lograrlos, otra vez que tu familia se reúna en el domingo familiar, deja un tiempo para que los primos, sobrinos o tíos comenten sus sueños veras como se ilumina la carita de los más pequeños pues empiezan ellos a armar los sueños y cuando ya están en edad de tomar sus decisiones no verán que el limite es el cielo, sino ellos mismos si dejan de soñar.

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​Yadi de Alba