Vacante

Hace unas semanas, publique este texto en el diario local "El Sol" coincidia con el cambio del timonel del Glorioso Club León, hoy creo que el equipo tiene un rumbo bien estabecido.
Texto original:
Don Chucho, empresario joven del pueblo, tenia unos años haciéndose cargo del negocio familiar por estos rumbos, todo marchaba bien, los últimos años habían sido de altibajos, como es costumbre en los negocios, tres años excelentes y luego tres años más con sobresaltos. A los ojos de la familia y de las personas del pueblo, su negocio había ido bastante bien, a demás que la prosperidad le dejaba a él riqueza, al pueblo le daba diversión y satisfacción.
Uno de los empleados, Pepe Toño, de no muy antigua contratación pero de los más importantes en el negocio de don Chucho, de pronto se presentó en su oficina, su semblante no era el de siempre, aunque siempre tenia un cierto brillo en los ojos , en esta ocasión era mucho más intenso, aunque ligeramente opacado por una mueca que parecía de vergüenza, todo en su conjunto parecía denotar gratitud. Se sentó frente a la mesa que su patrón tenia a modo de despacho y comenzó a hablar diciendo -¡Don Chucho, sepa Usted que estoy muy agradecido por haberme dado trabajo en su negocio, he aprendido mucho y me he encariñando con la gente que con Usted trabaja, eso nunca lo olvidaré!; pero hay una persona que vive cerca del pueblo donde yo nací, me ha ofrecido trabajo, y debo decirle que es mi interés trabajar con Él y pues no tengo nada más que agradecer a usted y a su fina familia las atenciones que han tenido con migo, así como la confianza que pusieron en mi al encargarme este trabajo. Se puso de pie, Don Chucho hizo lo mismo, se dieron un apretón de manos seguido de un abrazo palmeado y Pepe Toño se retiró.
En seguida, Don chucho notificó de lo sucedido a su Señor Padre y juntos comenzaron a buscar quien realizara el importante trabajo que Pepe Toño recién dejó vacante.
Unos días más tarde sentados en la mesa de trabajo de Don Chucho, se encontraban Él y su Padre, ahí Don Chucho le entregó un papelito en el que había escrito los nombres de los posibles prospectos, en la que se encontraban, algunos conocidos personajes como “El ruco”, “El Viejo”, “El Tío”, “El Alto” y el “Flaco”. Cuando el padre de Don Chucho la termino de leer, le pregunto -¿Platicaste con ellos? -Sí, Contesto Don Chucho entusiasmado- Todos están interesados en venir a trabajar al negocio, a cada uno de ellos les comente que pronto les citaría para formalizar la contratación en los términos que de común acuerdo fueran convenientes.
El Padre de Don Chucho, con la experiencia y tranquilidad que le caracterizan, levanto la mirada vio directamente a su hijo y le pregunto ¿Qué estamos buscado al contratar a cualquiera de ellos? En la habitación se hizo silencio, el mismo padre de Don Chucho comenzó a dar las posibles respuestas. Tal vez terminar el año de manera decorosa, o iniciar un nuevo ciclo en el negocio haciéndolo más productivo, tal vez y solo tal vez, ser mucho mejores que la competencia, o reinventar el negocio, cambiar de métodos para que los resultados a largo plazo puedan ser mucho mejores y mas duraderos… Hizo una nueva pausa que incomodo un poco a Don Chucho quien permaneció en silencio unos instantes más. Segundos más tarde El padre de Don Chucho volvió a preguntarle ¿Qué estamos buscado al contratar a cualquiera de ellos?...
Don Chucho se armó de valor, tragó saliva, se recargó en la silla, y en un ademan inocente, levantó los hombros y giro las palmas de las manos hacia arriba a la vez que decía, -¡Creí que solo buscábamos a alguien que reemplazara a Pepe Toño…!-
El padre de Don Chucho, agachó la mirada, se inclinó un poco para tomarse la cabeza con ambas manos, respiró profundo, levantó los ojos y con una mirada de amor, que solo un padre puede hacer por un hijo muy amado dijo: -Contrata al Flaco-.
-∞-
Ivan Garcia